martes, 25 de junio de 2013

Esto casi está

Muy buenas a todos los que estéis leyendo estas palabras.

Me enorgullece como a un tonto su creación daros esta noticia...

¡LO TENGO CLARO!

No, lo de qué hacer con mi vida y lo que voy a desayunar mañana no, en eso sigo siendo un kamikaze.

Lo que sí sé es como va a funcionar este blog, que eso sí que os interesa saberlo a los que me leáis día a día (que a día de hoy seréis tres, pero... ¿y lo que yo os quiero?)

Bueno, os haré un resumen breve que a estas horas no doy para más:
Este blog tendrá las actualizaciones prometidas, los relatos; pero también publicaré aquí mis fotos de InstaGram, mis vídeos de YT (si empiezo algún día), mis recomendaciones literarias, la absurdez que se me ocurra... Lo que viene a ser la esencia de un blog.

En cambio para mis lectores más formales y con menos tiempo, les tengo reservado mi rinconcito en SomeLifeScripts, donde encontrarán únicamente los relatos y reflexiones aquí publicados. Aunque os agradecería que no dejaseis de leer este blog, sé que iba a ser difícil y que algunos solo me seguís por dichos relatos, por lo que he decidido poneros las cosas más fáciles con ese link.

Bueno, ya he escrito bastante por hoy, y es tarde hasta para los americanos...
¡Muy buenas noches!

sábado, 22 de junio de 2013

Cosas de un blog

Bueno, ahora sí que sí.

Salvo que no me arrepienta en los próximos días al cambio, ya he decidido cómo llevar los blogs.

En No More Kid Stuff actualizaré diariamente como si se tratase de un blog, en el sentido de que añadiré más cosas que los que añadía: fotos de mi Instagram, opiniones fanáticas, edits y esas cosillas del día a día que se ponen en un blog. En cuanto a los relatos y reflexiones encontraréis bien un primer párrafo y/o una sinopsis, y un link que os llevará al relato completo, así descongestiono un poco más el blog, que tanta letra puede llegar a dar dolor de cabeza.

En Some Film Scripts encontraréis el espacio para mis relatos y reflexiones. Solo eso.

Creo que así en conjunto se ceñirá mucho más al concepto de blog, aunque como digo no hay nada más reversible que mis opiniones respecto a este blog así que no sabéis lo que os podéis encontrar. Solo os pido tiempo para que pueda hacer todo lo que quiero, que este verano es mucho.

Bueno, pues eso era, hasta la próxima
Nos leemos en el blog reformado ;)

viernes, 21 de junio de 2013

Verano

Empieza el verano, y qué mejor manera de celebrarlo que con una actualización del blog. Fin de las clases, no os prometo nada pero entra en mis planes hacer muchas muchas cosas este verano, a ver qué tal sale.

Poneos las pilas y estad atentos que tendréis noticias por mi parte en breve.

¡Bienvenido verano 2013!

jueves, 13 de junio de 2013

Con tanta prisa que ni termin

Ahora llegan los dos días más intensos de todo el año en cuanto a exámenes y yo aquí, actualizando (cómo os quiero, ¿eh?)

Voy cerrando ideas que pronto implementaré (posiblemente el fin de semana que viene)

Gracias por seguir por aquí, gente.

miércoles, 12 de junio de 2013

Mezclándolo todo de nuevo...

Buenas gente,
Aquí me pilláis, realmente indeciso como enfocar el blog. Para los lectores habituales os la estoy liando pero bien. Lo sé, y lo siento, cuanto antes asentaré las bases del sitio para siempre.

Gracias por esas 624 lecturas, de verdad.


martes, 11 de junio de 2013

Os quiero (2/2)

Segunda y última parte del fic. No os entretengo más

La parte fácil del plan había dado resultado. Ahora era cuestión de tiempo que la mujer de Gold llamase a la policía. Entonces cada segundo que pasase tendrían menos posibilidades de acabar con éxito su plan. Por eso tenían que darse prisa.
Cuando Gold empezó a recuperar el conocimiento, lo primero que sintió fue el frío tacto del metal en la coronilla.
-Si yo fuera usted no haría ningún movimiento brusco, señor Gold-dijo Emma-a no ser que quiera usted un nuevo ombligo en la cabeza. Deduzco que su respuesta es afirmativa, no hace falta que responda... Si necesita algo, gruña o algo-concluyó con una carcajada, al tiempo que salía de la habitación.

Hizo balance de la situación. Estaba amordazado y difícilmente podía apenas gruñir. Eso quería decir que se encontraba en una zona habitada, no en un sitio abandonado. Había oído a la mujer hablando con otra persona, y se atrevía a pensar que era otra mujer porque no reconoció la voz de la que se había dirigido a él como la de la secretaria. Había entrenado para una situación como esa desde que ganó su primer millón. En definitiva, parecía que esas mujeres no tenían intención de herirle, así que se armó de paciencia y empezó a destensar lentamente los nudos de las cuerdas que le apresaban, como tantas veces había hecho en sus entrenamientos.

Belle estaba destrozada, llorando en un taburete de la cocina. El teniente Graham se presentó en la casa siete minutos después de que ella le llamase gritando de terror. Siempre habían hablado de que podía pasar algo así, pero ella siempre lo veía como algo lejano, hipotético, imposible. Y hoy, de un día para otro, sintió que el mundo se le caía encima. Estaba pasando. El teléfono volvió a sonar.

~~~

Emma y Regina ya saboreaban el éxito de su plan. Habían pedido el rescate y solo les quedaba recibir el dinero que habían pedido, que no era una suma desorbitada comparada con la fortuna que hacía Gold a diario. Una transacción limpia a un banco suizo en el que nadie podría seguir el rastro hasta ellas. Tenían una coartada perfecta, ahora mismo estaban viajando en un vagón de tren hacia Vancouver con su hijo, o eso decían los papeles. Cuando terminasen el secuestro tomarían un avión junto a Henry con sus ya nombres falsos hasta Miami, donde empezar la nueva vida que tanto anhelaban. Era sencillo y limpio, no habría heridos ni arruinarían a nadie. Solo les faltaba un último detalle.

Habían decidido montar un pequeño engaño para que sus identidades fuesen completamente imposibles de descubrir. Regina entró a la habitación donde se encontraba él tres segundos después de que este volviese a introducir su mano por el agujero ya agrandado de la cuerda anudada.
-Espero que esté siendo todo de su gusto, señor Gold. Limítese a asentir
Gold asintió. Sabía que en estos casos lo mejor era obedecer sin mostrar miedo alguno. Regina continuó:
-Muy bien, ahora voy a explicarte muy claramente lo que quiero...
-¡Amy! Date prisa que quedan veinte minutos para el intercambio-le dijo Emma desde la otra habitación-están a punto de...
-¡JODER!-la interrumpió Regina-¿por qué has dicho mi nombre, estás loca? ¡Ahora sabe cómo me llamo!
-Perdón, se... me había pasado...yo...
Gold escuchó como Regina se levantó y salió de la habitación dando un portazo, dejando entreabierta la puerta por el rebote y permitiéndole escuchar la conversación que mantenían entre susurros en la habitación contigua.
-Mary, estás loca, no sabes lo que has hecho.
-Perdona cuñada, no pretendía...
-No pretendía, no pretendía... Sabes perfectamente lo que has hecho.
-Sí...
-Ahora tendremos que matarle.

Las chicas se alejaron de la habitación y cerraron la puerta. Sonrieron y se besaron fugazmente por el numerito que habían montado. Así ganarían asegurarse que Gold estaría quietecito asustado, y que cuando diese parte a la policía dirá que escuchó dos nombres que no les llevarían a ninguna parte. Encima cuñadas... Cómo se reían cuando lo estaban planeando en su casa. Ahora no había tiempo para risas. Se encontraban en la parte más delicada del plan. Acababa de vibrar el teléfono, un nuevo mensaje. La transferencia estaba hecha.

Gold había escuchado perfectamente la conversación y sabía el destino que le esperaba si no actuaba con rapidez. Se terminó de desanudar las cuerdas de las manos y piernas y esperó pacientemente su oportunidad. Sabía que contra las dos a la vez no tendría ninguna posibilidad, pero tal vez no tuviesen armas de fuego, como mucho una, pues parecían unas "aficionadas" en el mundo de los secuestros. En ese caso abatiría a la que estuviese armada de un tiro, y se abalanzaría a por la otra para inmovilizarla. Mientras meditaba sus pasos sacó el arma que había llevado oculta todo este tiempo. Una Paquettum 3000. Un tiro, altamente maniobrable, nunca se encasquillaba y de dimensiones más que disimulables. Se sentó a esperar.

Ante la imposibilidad de negociación por parte de los secuestradores, Graham solo veía una solución posible, hacer la transferencia. Por cómo habían sucedido los acontecimientos hasta la fecha apostaba por que los secuestradores eran unos aficionados que no atacarían a una mosca, pues se habían saltado varios "protocolos" que habrían sido indispensables en un secuestro profesional. Ofrecer una prueba de vida,imposibilitar (o al menos mostrar contrariedad) al ver que la policía estaba involucrada; el hecho de que pidiesen una suma que rozase lo insultante para lo que podrían pedir. Esto le animaba, pues le hacía pensar que tan pronto como tuviesen en su poder a Gold sería cuestión de horas atrapar a los delincuentes.

Pero Bella no se consolaba, pues en lo más profundo de sí misma sabía que no todo podía salir tan bien, era ilógico. Tenía razón.

El sheriff recibió un SMS en el móvil de Bella: C/Hooper 287, Bajo B. Habían cumplido, estaba a veinte minutos de allí. Subió a un coche y se dirigió él mismo a recuperar al rehén, ya habría tiempo de encargarse del resto.

Las chicas cerraron las bolsas con todo lo que habían usado y lo pusieron junto a los demás bultos. Habían dejado preparadas las maletas para salir en cuanto enviasen el SMS que llevaba a una dirección a la otra punta de la ciudad. Allí en un local encontrarían un folio impreso con la dirección real. Calculaban que tenían un margen de 35 minutos. Solo les quedaba una cosa. Su huésped se había portado como un campeón, solo les quedaba el número final. Emma entraría con el revólver en alto y le contarían su fatal destino al rehén, en el momento que una le dice a la otra que oye sirenas de policía, y saldrían pitando sin disparar para que no les descubrieran. Todo había funcionado. Compartían una mirada cómplice al tiempo que Emma retiraba el pestillo de la puerta.

Gold estaba de pie, apuntó a la que abría la puerta. Una bala de punta hueca salió disparada hacia el costado de Emma, pasando milagrosamente por el hueco entre el pecho y el brazo de Emma. Regina estaba detrás. Atravesó su cuerpo entrando por el hueco que hay entre la tercera y cuarta costilla derecha. Esa clase de balas habían sido prohibidas hacía unos años por su poder destructivo. La muerte era casi segura aún alcanzando el disparo una extremidad, ni que decir tiene si atravesaba todo el pecho.

Regina dio dos pasos. Y soltó una lágrima. No hubo más.

Emma al ver a Gold liberado y escuchar el disparo que casi le había alcanzado reaccionó inmediatamente y disparó, certera en la cabeza. Gold cayó al suelo, nunca se volvería a levantar. Ella sabía que era un disparo de bala, y sabía que que no la alcanzase era prácticamente un milagro. Se giró y sonrió a Regina para tranquilizarla, el disparo había sido en defensa propia y ella no había salido herida. Ese instante se congeló en la mente de Emma, fue un instante que duró toda una eternidad, esa clase de instante que precede al fin de un sueño, el fin de todo. Un instante en que un grito desgarrador heló las venas a todo aquel que lo escuchó.

Emma se abalanzó sobre Regina al ver su camisa, la que siempre llevaba impoluta, teñida del color del dolor, rojo sangre. Cuando no pudo soportar más la visión de la herida la miró a la cara, fijamente a los ojos, y se dijeron todo un infinito, pero ni un infinito es suficiente. Ambas vieron pasar su vida por delante de sus ojos en una fracción de segundo, su vida juntas. Regina recordó ese momento en que se conocieron, esa pasión que compartían, ese hijo que les habían concedido. Emma la amó por un instante todo le que tenía previsto amarla el resto de su vida. Regina sonrió, y se desplomó sobre los brazos de Emma, junto con todo lo que habían soñado. Y acabó todo.

~~~
En una cómoda de un apartamento de una pequeña ciudad en la que nunca sucedía nada, una nota, escrita rápidamente a bolígrafo en una cuartilla que nadie leería hasta años más tarde; enunciaba aquello que ese mismo día habrían dado la vida por decir una última vez cinco personas de esa ciudad. Unos garabatos que nadie entendería su por qué, una mala sensación que se tornó en premonición. Una historia resumida en ocho letras.

Os
quiero

Regina M

domingo, 9 de junio de 2013

Os Quiero (1/2)

Buenas, hoy toca despertar y ponerse a estudiar que la semana que viene prácticamente termino el curso (sí, los exámenes finales). Pero antes os dejo otro FanFiction que he escrito de Once Upon a Time, este de dos capítulos. Espero que os guste el primero.



Os Quiero


Emma entró a la habitación. Se quitó el pijama y se miró al espejo. Su reflejo le devolvió la sonrisa: aquel era el día. Se terminó de desnudar y abrió el grifo, que al cabo de unos segundos empezó a crear una nube de vapor que envolvía el pequeño baño del apartamento. Antes de meterse en la ducha, recordó que se había dejado la muda en la otra habitación, y como no le gustaba pasearse mojada por su casa decidió salir en ese momento, aprovechando que el apartamento estaba vacío, pues Regina había ido a dejar a Henry a clase. Se equivocaba, nada más volver a la habitación alguien la derribó encima de la cama:
-Princesa, ¿a dónde crees que vas así sin ropa y sin avisar?
Regina lucía como siempre su inmaculada camisa pero sin la chaqueta, se ve que la había colgado nada más llegar a la casa. El carmín de sus labios impregnó el cuello de Emma al tiempo que esta intentaba responder racionalmente.
-¿Tú no estabas dejando a nuestro hijo en...?-la boca de Regina había ascendido, sellando sus labios antes de que terminase la frase.
-A Henry le lleva Hooper que nos lo hemos encontrado en el portal, en cuanto a ti... todavía no me has respondido, ¿qué hacías paseando sin ropa?
~~~
-Cada día tengo más claro que podría pasar en tus brazos el resto de mi vida, princesa-decía Regina mientras se acurrucaba aún más en el regazo de Emma-no entiendo por qué no me dejas.
-No te dejo porque tenemos algo que hacer-la susurraba al oído- y porque has dejado el grifo de la ducha abierto, ¡vamos para allá!
-Incansable, eres incansable.
-Así me suelen llamar.

Media hora después, ya estaban vestidas ultimando las últimas cosas. Regina no terminaba de ver claro lo que iban a hacer, pero sabía que era necesario si querían acabar con todo ello de una vez por todas. Aún así, tenía miedo. No lo tuvo cuando entró en el mundo de la delincuencia, no tuvo miedo cuando adoptaron a lo que más quería de este mundo. Pero esta vez un miedo irracional se apoderaba de ella cada vez que pensaba en lo que iban a hacer, a pesar de haberlo estudiado durante días y días. Ultimaron las últimas cosas y se disponían a salir cuando...
-¡Emma, espera! Dame dos minutos.
Emma observaba intrigada como cogía una cuartilla del escritorio junto a un bolígrafo, escribía algo y lo guardaba en la cómoda. Al volver Regina respondió a la pregunta que Emma tenía en mente: "Luego te lo explico". Se dieron un beso y abrieron la puerta.

Salieron de la casa con los bultos que ya habían preparado de antemano. En una bolsa Emma llevaba el pasamontañas y los dos revólveres. A su derecha Regina mecía una bolsa con cuerdas, su uniforme, la peluca, cinta aislante y un cuchillo. Ya habían robado muchas veces, pero con este pretendían realizar su primer (y último) secuestro. Con lo que sacasen del rescate reunirían suficiente dinero para irse a vivir a Miami, donde ya tenían preparadas unas identidades falsas y dos puestos como voluntarias en un hospital de allí. Pretendían empezar una nueva vida, lejos de aquel mundo de delincuencia en el que se encontraban.

Habían estudiado los pasos de su víctima durante las últimas semanas y se sabían en plan a la perfección. Nada podría fallar, o eso creían. Se separaron en el portal del edificio, caminando cada una en una dirección y sin mirar atrás. Había comenzado.

~~~
-Buenos días, me marcho ya.
-¡¿Tan pronto?! ¿Qué hora es?
-Las siete menos diez. ¿Te veo inquieta, te pasa algo?
-No sé... tengo un mal presentimiento. Podrías no ir a la reunión, por mí. Sabes que no necesitamos más dinero
-No necesito nada teniéndote-la repetía acariciándola la frente- pero sabes que me tengo que ir. Sigue durmiendo. Te quiero
-Lo sé, te amo, sal ya pero llámame cuando termines-dijo cerrando los ojos definitivamente.
-A la una de la tarde estoy, te amo.

Aquel hombre que paseaba en su flamante Cadillac por las calles más lujosas del centro de la ciudad no podía dejar de pensar en lo que le había dicho su mujer horas atrás. La había visto despertarse asustada, feliz, enfadada y hasta con ganas de jugar... Pero nunca la había visto de esa manera. Estaba preocupada por un mal presentimiento. Y eso le tuvo en vilo durante todo el trayecto y parte de la reunión. No se la pudo quitar de la cabeza. Cómo la quería

Sabía que ella era valiente, había pasado un año en la cárcel por un delito que no cometió y se enamoró precisamente de él. Casi se atrevía a decir que no le importaba ni su status, ni su dinero, ni su mansión. Solo le quería a él, como tantas veces se lo había demostrado. Se sentía el hombre más afortunado del mundo, no por su éxito en la tienda, ni siquiera por que con sus años ya tenía la vida resuelta. Se sentía afortunado por ella.
La reunión terminó exitosamente, con una promesa de expansión exponencial del negocio si ambas partes cumplían el trato. Él no se fiaba mucho de esos "brokers" que hacían dinero con la caída de las empresas, pero contratae un buffet de experimentados economistas era otra historia. Además, el director parecía formal. En estos pensamientos se encontraba mientras seguía a la secretaria del director hasta la puerta de salida. No volvían por donde habían venido, pero no le extrañaba que esas casas enormes tuviesen distintos caminos, así que se dedicó a disfrutar de las exquisitas obras de arte que adornaban los largos pasillos.

Al llegar a lo que parecía ser la puerta, la rubia secretaria le invitó a salir, despidiéndole con una sonrisa mientras le sujetaba la puerta. Al pisar la calle se dio cuenta que esa salida no correspondía a la carretera en la que su chófer le esperaría, si no más bien era la opuesta a la que deberían haber tomado, una calle nada transitada en la que solo se veía un coche negro arrancado. En esa fracción de segundo se dio cuenta de lo evidente, demasiado tarde. Antes de perder el conocimiento se giró a tiempo de ver como la secretaria, que blandía una porra, sacaba de una bolsa que había dejado al lado de la puerta unas cuerdas. Después todo se oscureció.

Regina se quitó la peluca rubia que había estado ese último mes. "Ya no tienes secretaria, jefe". Cargó con el peso del multimillonario hasta la furgoneta, donde le terminó de atar en el maletero. Ya estaba hecho. Se subió al automóvil, cerró la puerta y se encaminó hacia el lugar convenido.

El reloj marcó las cuatro. Tenía que haber vuelto hacía tres horas, y ni siquiera había avisado de que se retrasaría. Ella sabía que nunca haría eso salvo por un motivo mucho mayor. Ya habría recorrido el parque interior de la mansión cuatro veces cuando sonó el teléfono. Un número oculto que no tuvo que esperar ni dos tonos, pues al primero respondió:
-¿Sí, diga?
-No haga ningún gesto extraño o acabaremos con la vida de su marido. Por ahora se encuentra vivo, pero la situación cambiará como sospechemos lo más mínimo que ha involucrado a la policía. ¿Está claro? Diga sí o no.
-Sí.
Nada más cortarse la llamada ella buscó en su agenda de contactos el número privado de su marido. "No puede ser verdad", se decía al tiempo que escuchaba los tonos de llamada. Él nunca dejaría de responder una llamada a ese teléfono, nunca se separaba de él. Tras un minuto eterno, ella cayó al suelo abatida al escuchar ese mensaje que siempre bromeaba con que escucharía nunca...

Este es el buzón de voz del gerente de Antiquariate Enterprises, puesto actualmente ocupado por Mr. Gold. Deje su mensaje después de la señal.

~~~

Emma colgó el teléfono y se dirigió a la salita donde estaban los otros dos. Allí Gold, amordazado y con los ojos vendados, era vigilado por Regina.

sábado, 8 de junio de 2013

Un gran blog conlleva una gran responsabilidad

¡Buenas! Me pasaba para deciros que llevo varias horas con el blog, haciéndolo más atractivo. Así que perdonar si os lío con tanto cambio, es por un bien mayor. Por lo pronto os comento que a la derecha encontraréis una lista de blogs de mis amigos, si no nos apoyamos entre nosotros quién lo va a hacer. No soy nadie para explicaros de qué van, pero os invito a que les echéis un vistazo, ya que cada uno es completamente distinto a los demás. Eso sí, los tres son de la misma temática de este, en todos encontraréis historias y relatos en castellano (en uno de ellos hasta en gallego!). Bueno, ahí queda eso, sigo editando ;)

La parodia del muerto

Aquí os dejo lo que considero mi pequeña obra de arte.
Nos leemos

Una pareja salía del hospital. Sus rostros lo decían todo, no necesitaban hablarse. Él, abatido pero en lo más profundo de su ser reconfortado, había envejecido en esos trece meses más de lo que lo había hecho en los últimos veinte años. Le apretaba la mano con fuerza a ella, que había cambiado aún más. Unas arrugas que parecían haber estado siempre allí recorrían la piel de su rostro, descolorido por el torrente de lágrimas que había liberado durante el último año. Ambos, todavía en shock (quién lo iba a decir) comenzaban lo que sería una nueva vida
***
No siempre he estado muerto. Yo solía estar vivo. Vivía con mi familia y tenía la vida de cualquier adolescente. Los estudios me iban bien. Acaba de confirmar mi viaje de fin de curso. Todo iba de cine.
Un día como otro cualquiera me desperté. Me duché y vestí. Fui a desayunar y monté en un taxi. Es irónico que mis últimas palabras fueran: "Al aeropuerto." Acto seguido saqué mi diario y me puse a escribir. En un momento dado, sobre las diez de la mañana cambió todo. Oí un ruido agudo, un chillido, una fuerza que tiraba de mí hacia delante, una presión y ya está. Un kamikaze estuvo haciendo de las suyas por la carretera nacional, y como la mayor parte de las veces, quienes salimos peor parados fuimos nosotros. Afortunadamente el conductor del taxi sobrevivió en un estado muy grave; cuando liberaron mi cuerpo del taxi yo ya no estaba con él. Lo que más me molestó no fue morirme. Ni siquiera el kamikaze, el pobre acababa de perder a toda su familia en un accidente por su culpa hacia 3 semanas. Lo que verdaderamente me molestó fue que no me pude despedir de mis padres. Cuando llegaron ya estaba entubado, no les pude decir ni adiós. Lo peor es que el intento de despedirme dio falsas esperanzas a aquellos que me engendraron, y que deseaban con todas sus fuerzas que me levantase y me fuese con ellos. Ellos entendieron mal, pensaban que estaba luchando por mi vida y decidieron trasladarme al hospital.
Cierto es que mis heridas se cerraron y mis huesos se soldaron. Pero lo malo de estar muerto es que aunque tu cuerpo se regenere, tú no lo haces.

Con el paso del tiempo me encontré en lo que sería para mí una prisión, mi cuerpo. Los médicos no decretaron mi muerte, sino que evaluaron un coma, y eso fue mi perdición. Meses y meses en los que me tienen clínicamente vivo atado a múltiples aparatos que me inyectan todo tipo de sustancias para que mi cuerpo no se deteriore, para que mi prisión siga funcionando

Bien es cierto que lo único bueno que obtuve en esos meses compensó con creces todo lo malo que te pueda ocurrir en una eternidad. Y es que desde la perspectiva que me encontraba podía hacer algo que jamás podría hacer un vivo. Veía lo que la gente de mi alrededor sentía. No leía su mente, simplemente era como si captase los estímulos que liberaban sus sentimientos, como si verdaderamente pudiese acceder a su mente. Y sinceramente, eso es lo mejor que le puede pasar a alguien en vida (y en muerte).
Nadie jamás podría imaginar lo que unos padres aman a sus hijos. Cuando se desató mi nuevo don, mi mente se sobresaturó tanto que estuvo dos semanas en estado de shock. Yo no entendía por qué, pero era una sensación tan agradable... Creo que el símil adecuado era como si hubiese consumido una droga tan potente que me noqueó durante dos semanas, pero fueron las dos semanas más placenteras de mi vida. Según me recuperé me volvió a pasar, cada vez sentía más cómo todo lo bueno recorría mi cuerpo una y otra vez, chispazos continuos recorrían mi columna vertebral y sentía un cosquilleo en todas las partes de mi piel. Lo bueno de estar muerto es que puedes sentir cosas que estando vivo te matarían de lo intensas que son. Si eso significaba morir, quería pasar muerto el resto de mis días. Con el tiempo y controlándolo como podía, pude volver a pensar con mediana claridad. Y entonces lo comprendí. Esa sensación era el AMOR que sentían mis padres hacia mí. Sus mentes eran verdaderas ametralladoras que disparaban hacia mí sin cesar. Si hubiese estado vivo, creo que habría llorado y no soportaría esa intensidad de sentimientos.
Desgraciadamente al cabo de los días aprendí a dominarlo, y conseguí ir más allá. Veía el SUFRIMIENTO de mis padres, era un sentimiento tan grande que si tuviese que compararlo con algo... Era como si la Luna te cayese encima y aplastase y tú siguieses vivo sufriendo un dolor infinito. Ese sentimiento era solo comparable con el de su propio AMOR hacia mí. 'El ying y el yang' opinaba amargamente. Pero cuando pude ir aún más allá descubrí un sentimiento que sin ser tan grande (era una porción infinitesimal comparada con el AMOR y el SUFRIMIENTO), y siendo bueno, me dolió mucho más que el de verles sufrir. Era ESPERANZA. Esperanza de que siguiera vivo. Me dolía porque yo estaba muerto y eso no podía cambiar. Y porque mientras ese sentimiento existiese, por ínfimo que fuera, me estaba condenando a la eternidad.
Entonces odié, odié con todas mis fuerzas y descubrí dos cosas más. Que estando muerto la percepción y alcance de los sentimientos aumentaba exponencialmente, y que lo que yo sintiese era proyectado hacia mi alrededor, variando los sentimientos de los que me rodeaban. Esa proyección de ODIO me dio esperanzas, pensé que acabaría con la ESPERANZA de mis padres. No solo no la afectó, si no que además aumentó aún más su sufrimiento, y entonces sentí como si volviese a morir...
En las siguientes semanas probé con toda clase de sentimientos, y lo único que hacían era variar los niveles de AMOR y ODIO. Por más que luchase no encontraba manera de salir de ahí, lo que me producía aún mas ODIO hacia mí mismo.
El tiempo pasó y en algún momento cerca del día 400 me rendí, y COMPRENDÍ que prefería estar en esa prisión el resto de mi días antes que aumentar el SUFRIMIENTO de mis padres, y eso fue de alguna manera mi salvación.

Al fin y al cabo era cierto, de una manera u otra había seguido luchando. Dejar de hacerlo presionó el interruptor que faltaba. Mi ESPERANZA, que se había mantenido oculta tanto tiempo, se cambió por la COMPRENSIÓN, que alcanzó a mis padres inmediatamente. COMPRENDIERON lo que yo había estado pasando todos esos meses. De alguna manera u otra creo que esa proyección fue tan fuerte que afectó a todas y cada una de las personas, vivas y muertas, del planeta Tierra. Pero eso era otra historia.
Mientras mis padres llamaban a los médicos que al fin me liberarían, dediqué mis últimos esfuerzos a algo que había estado ensayando los últimos meses de mi no-vida.

En el instante que desconectaban el último aparato, hice una última proyección. Y así fue como tras 13 meses de inactividad cerebral y corporal, mi cuerpo sonrió, y yo pude abrir los ojos a una nueva existencia.